No hay mejor destino que aquel que Dios tiene preparado. Es el mejor plan que hay en la vida; porque es bueno, agradable y perfecto.

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Dios usa nuestra personalidad, talentos, trasfondo, habilidades, intereses, pasion, e incluso tus cicatrices, para que cumplamos con nuestro llamado. 

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"De acuerdo a mis pensamientos y planes, nunca me imagine que levantaria una Iglesia en los Estados Unidos, pero como dice en Romanos 12:1-2, el Espiritu Santo transforma nuestra manera de pensar. Él me llevo a pensar de manera diferente, porque tenia un llamado para mí."

                                                                                                                                           Pastor Jose Portillo

 

Una niña se le acerco a su padre un dia y le dijo: Papá, prometiste darme una moneda de cinco centavos. Él, metio la mano en su bolsillo, pero solamente tenia billetes, y el de menor valor era de veinte dolares. Entonces, el padre le dijo: Aqui tienes. La niña lloró, y le dijo a su padre, tú me prometiste una moneda de cinco centavos. El padre replico: el billete que te estoy dando, tiene más valor que una moneda de cinco centavos. La niña siguio llorando, pues no comprendia lo que su padre le estaba tratando de explicar.

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Muchas veces hacemos lo mismo que la niña de la historia anterior hizo. Le decimos a Dios lo que queremos hacer con nuestra vida, lo que deseamos, pero llega un momento en el que aprendemos a obedecer lo que Dios nos va mostrando.

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